Durante los últimos días hemos sido testigos de cómo se ha elevado el tono de las quejas demandando inversiones para la provincia. También de la constitución de una “mesa por el futuro de León” que analizará la actual situación, propondrá soluciones y encauzará las subvenciones que se reciban. Esta iniciativa ha de ser saludada con optimismo por cuanto supone una muestra de colaboración y mutuo entendimiento entre actores sociales cualificados. Esperemos además que sepa arbitrar los mecanismos que eviten los despilfarros, ineficiencias e irregularidades que acaba de describir el Tribunal de Cuentas en un informe demoledor sobre la gestión de los fondos mineros, un estuche de dinero en buena medida dilapidado. Por eso, la “mesa” debería incorporar a su orden del día un análisis de las responsabilidades en que hayan podido incurrir en el pasado personas concretas así como la forma – jurídicamente correcta- de recuperar, al menos, una parte de esos millones de euros recibidos en León.
Mientras llegan las novedades es oportuno atender e impulsar actividades alrededor de los relevantes recursos ya existentes y de los que puede presumir esta provincia. No me refiero a los más conocidos por llevar siglos descansando en su suelo: desde las hermosas montañas a los egregios monumentos que hacen de León un lugar muy apreciado en el resto de España. En lo que quiero insistir en estas líneas es en la trascendencia del trabajo de instituciones, profesionales y empresas que, en los últimos años, están contribuyendo a colocar a León en la vanguardia, en la avanzadilla de la tecnología y la ciberseguridad.
Porque: ¿hay que recordar que uno de los “supercomputadores” más potentes de toda Europa, Caléndula, está en León? La Fundación autonómica que lo gestiona ha incrementado su capacidad y mantiene importantes proyectos sobre inteligencia artificial. ¿Y qué decir del Instituto de Ciberseguridad, INCIBE? Este es el organismo estatal de referencia que nos atiende y defiende a ciudadanos y empresarios de los riesgos y amenazas que se multiplican en el ciberespacio. Los técnicos que allí trabajan han paralizado en los últimos meses decenas de miles de ataques que afectan a toda España. Es más, realizan ilustrativas campañas informativas y congresos internacionales que atraen a la ciudad a miles de profesionales de todo el mundo. En fin, ¿se ignora que hay en la provincia empresas punteras en el sector de los drones o la movilidad automática, entre otras tecnológicas?
Y, lógicamente, no puedo dejar de mencionar el trabajo que se hace en la Universidad. Junto a la dedicación que mantienen tantos investigadores en estudios relevantes para León -caso de Veterinaria, entre otras muchas disciplinas que cuentan con profesores de gran prestigio internacional- se ha asumido el compromiso de formar a rigurosos profesionales que coadyuven a fortalecer la ciberseguridad: informáticos, ingenieros y también juristas. Y es que, si el ciberespacio no puede significar un retroceso en las garantías jurídicas que conocemos, debemos asegurar los derechos tradicionales así como el adecuado funcionamiento de los servicios, cada vez más dependientes de una tecnología avasalladora.
Son por ello indispensables buenos técnicos y juristas especializados en la protección del comercio electrónico, en la lucha contra la criminalidad, en el tratamiento de datos, en la adecuada protección del funcionamiento de servicios esenciales o infraestructuras críticas. Porque las noticias inquietantes sobre los ataques informáticos se suceden y así sabemos ya del secuestro de la información de Ayuntamientos, hospitales, empresas…
Preciso es saber que hoy actividades como la asistencia sanitaria en Laciana o Sajambre, las casas rurales en las zonas de Somoza o Valdeón, la protección de los montes en el Bierzo, Los Ancares, Babia y otras tantas iniciativas están condicionadas por la seguridad en las telecomunicaciones.
La consolidación de esa conciencia de cuidado por la ciberseguridad es lo que puede atraer la decisión de alojar en León otro nuevo punto de relevancia internacional. A saber: el Centro europeo de competencia de ciberseguridad industrial. Conseguirlo supondría una amplia zancada hacia un futuro ya claramente instalado en la innovación creativa.
(Tribuna publicada en el Diario de León el 9 de marzo de 2020)
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